Las mascotas son susceptibles a algo más que lesiones y enfermedades infecciosas. Pueden desarrollar lesiones asociadas a diversas patologías, incluidas las congénitas. Uno de los problemas más comunes son las hernias de pantorrilla, que pueden causar complicaciones peligrosas si se tratan incorrectamente o no se tratan por completo. No se consideran infecciones, por lo que no amenazan a toda la manada, pero pueden matar al ternero.
¿Qué tipo de patología es esta?
Una hernia es una protuberancia de órganos internos, generalmente intestinos, a través de una abertura formada en el tejido conectivo. Si el problema no se trata a tiempo, la hernia puede comenzar a aumentar de tamaño debido a una mayor protrusión de los asas y órganos intestinales.
Esto puede provocar estrangulamiento, mala circulación y la formación de obstrucción intestinal. Tales condiciones no solo causan dolor e incomodidad severos al animal, sino que, en un estado descuidado, pueden causar la muerte de los animales jóvenes.
Causas de la enfermedad
Una hernia puede ser de los siguientes tipos:
- Congénito. Ocurre debido a una tendencia hereditaria a la debilidad muscular y la baja elasticidad de los tejidos. Además, la causa de este tipo de hernia es la expansión del anillo umbilical.
- Adquirido. Esta patología se desarrolla debido a un traumatismo, por ejemplo, un golpe en el estómago, un hematoma grave por una caída y también debido a la entrada de patógenos en una herida abierta formada durante el corte del cordón umbilical.
Si la pared abdominal es débil, la protrusión de órganos y partes del intestino continuará debido a la presión interna, por lo que esta patología no se puede ignorar en absoluto.
Síntomas de la enfermedad.
En las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad, sus signos pueden no ser perceptibles, ya que en este momento el animal todavía se siente bien y no sufre dolor. Pero una hernia en los terneros puede notarse a simple vista, por lo que los veterinarios y los propietarios deben examinar cuidadosamente la camada inmediatamente después del nacimiento y luego regularmente durante las primeras semanas y meses de vida del animal.
En las fases iniciales se puede reducir con una ligera presión con los dedos, pero con el más mínimo esfuerzo o movimiento de la pantorrilla la hernia vuelve a salir. Si el problema está en una etapa avanzada, parte del intestino y, a veces, otros órganos entran por la abertura umbilical. Esto conduce a los siguientes síntomas:
- Dolor, especialmente al mover o tocar la zona afectada.
- Ligero aumento de temperatura.
- Pérdida de apetito.
- Trastornos de la función excretora.
- Ansiedad, inquietud o letargo en la pantorrilla.
Estos signos no se pueden ignorar, porque en cualquier momento la hernia puede estrangularse y esto representa una amenaza inmediata para la vida.
Medidas de diagnóstico
El diagnóstico se realiza visualmente y mediante palpación, el diagnóstico se confirma por la presencia de signos característicos. Durante el examen, el veterinario descubre una protuberancia específica en la zona del ombligo, que puede ser móvil y dolorosa. La presencia de una hernia se confirma por un aumento de la temperatura de varios grados, alteraciones del apetito y de las deposiciones y cambios en el comportamiento del animal.
Cómo tratar adecuadamente una hernia umbilical en pantorrillas
Si la hernia es de tamaño pequeño (hasta 30 milímetros de diámetro), se considera que no pone en peligro la vida. El animal debe ser vigilado. En la mayoría de los casos, no será necesario hacer nada, ya que al año de vida del animal joven, la hernia puede desaparecer por sí sola debido al fortalecimiento del corsé muscular y al cierre de la abertura umbilical.
En todos los demás casos, se requerirá un tratamiento obligatorio, que se realiza de diversas formas.
Tratamiento conservador
Si una hernia en las pantorrillas se detecta a tiempo, cuando aún es leve, no hay estrangulamiento, inflamación ni adherencias, los bebés pueden beneficiarse de la reducción.
Para ello, el veterinario masajea suavemente la zona de la hernia, estimulando la relajación del anillo muscular. Luego, con delicadeza, sin esfuerzo extra, empuja los tejidos que han salido hacia el agujero. Para evitar una nueva protrusión hacia afuera, el sitio de la hernia se sella con una tirita gruesa y, además, se fija con un vendaje especial. Para que dicho tratamiento se realice sin complicaciones y brinde alivio, el ternero debe descansar durante aproximadamente una semana.
En el futuro, es necesario proteger al animal herido del estrés físico, los golpes y las lesiones.
Intervención quirúrgica
Si la hernia de la pantorrilla está inflamada, hay supuración, un asa de intestino u otro tejido ha entrado en el orificio, hay estrangulamiento, adherencias que amenazan con necrosis, se requerirá una intervención quirúrgica urgente.
La operación la realiza un veterinario bajo anestesia local. La zona del ombligo se limpia de pelo, se desinfecta y se anestesia. Se hace una incisión en la pared abdominal a 20 milímetros del borde de la hernia. Se extrae el saco resultante, si es necesario, se limpia el tejido inflamado, se ajustan con cuidado los órganos que sobresalen y se sutura el orificio. Para prevenir la recurrencia de una hernia en las pantorrillas, se aplican grapas de fijación en el lugar de la operación.
Periodo postoperatorio
Después de la intervención, se proporciona al animal descanso, se le cubre con paja limpia, se le proporciona alimento ligero y de fácil digestión y acceso constante a agua potable. El ternero recibe antibióticos si es necesario, así como analgésicos si es necesario. Al quinto o décimo día después de la operación, se retiran las suturas, pero se sigue controlando el estado de la pantorrilla.Si su temperatura aumenta, aparece secreción o pus, los puntos se rompen, es necesario actuar de inmediato y llamar a un veterinario, ya que son posibles complicaciones peligrosas.
Consecuencias de la falta de tratamiento
La hernia umbilical en las pantorrillas es una patología potencialmente mortal que requiere atención cuidadosa, especialmente si está estrangulada. Tratar de hacer frente a esta afección por su cuenta es extremadamente peligroso, ya que se pueden formar adherencias si se pellizca. Si intenta enderezar el intestino con fuerza, esto puede provocar roturas y derrames de contenido en la cavidad abdominal. Esto amenaza con una consecuencia extremadamente grave: el desarrollo de peritonitis, en la que existe un alto riesgo de perder la pantorrilla.
Si las hernias en las pantorrillas no se tratan a tiempo, esto puede causar las siguientes complicaciones:
- Encarcelamiento que conduce al desarrollo de necrosis y ruptura del tejido.
- La formación de adherencias que excluyen la posibilidad de una reducción no quirúrgica de una hernia en la pantorrilla.
- Proceso inflamatorio (flemón) del saco herniario. Puede extenderse a la pared abdominal y pasar a la parte afectada de los órganos, acompañado de un aumento de temperatura y un fuerte deterioro del bienestar general del animal. La afección amenaza con la rápida propagación de la infección, daño a órganos vitales, intoxicación general y el desarrollo de sepsis (intoxicación de la sangre).
Es imposible suponer que cualquier hernia en las pantorrillas desaparecerá por sí sola. Si se detecta, el animal debe estar bajo supervisión de un veterinario.
Prevención
Si la formación de una hernia umbilical en la descendencia está asociada con la herencia, es imposible prevenirla, pero existe la posibilidad de afrontarla en las primeras etapas.En otras situaciones, se puede proteger al animal de la formación de un saco herniario manteniendo al ternero en condiciones cómodas, evitando lesiones, golpes y caídas.
Los científicos de EE. UU. creen que un factor de riesgo es una infección que ingresa a la herida umbilical, por lo que un método de prevención puede ser el tratamiento frecuente con los antisépticos disponibles, por ejemplo, tintura de yodo. Esto ayudará a acelerar la curación y reducir el riesgo.
Otro método preventivo es el uso de pinzas de plástico para evitar la expansión del anillo umbilical y la formación de una hernia en las pantorrillas.
Esta afección es común en recién nacidos y niños pequeños, pero requiere un enfoque competente para evitar consecuencias dolorosas y riesgosas. Si no se presta atención a la presencia de una hernia, esto provocará el desarrollo gradual de una hernia y una inflamación, lo que puede provocar complicaciones repentinas y la muerte del animal joven.