La contaminación del suelo, debida principalmente a la actividad económica humana, es actualmente constante. Pero también se conoce el concepto de autodepuración de suelos. Consideremos lo que significa, las características y formas en que el suelo puede autolimpiarse: aeróbico, anaeróbico, mineralización, nitrificación y humificación. Y también la importancia higiénica que adquiere la autolimpieza del suelo.
Concepto y características
Cuando una cierta cantidad de compuestos tóxicos se acumula en el suelo, su composición química cambia, se altera la integridad del entorno geoquímico y se inhibe la microflora. Desde el suelo, el agua acumulada puede ingresar al cuerpo de animales y personas, lo que tiene un impacto negativo en la salud.
La autodepuración del suelo es su capacidad para mineralizar sustancias de origen orgánico, convertirlas en formas orgánicas y minerales que no sean peligrosas desde el punto de vista sanitario y sean asimiladas por las plantas.
En el suelo de cualquier tipo tienen lugar constantemente procesos biológicos, físicos, químicos y otros complejos. Las bacterias, protozoos y hongos del suelo pueden procesar monóxido de carbono, pesticidas y otros compuestos nocivos, convirtiéndolos lentamente en sustancias no tóxicas.
En la autolimpieza del suelo también participan los animales del suelo: insectos, lombrices, musarañas, topos, cavan túneles en el suelo y lo mezclan. La velocidad de la limpieza depende de las condiciones climáticas, la humedad y la temperatura: cuanto más alta es, más rápido es el proceso, por lo que en las regiones del sur la tierra se limpia más rápido. La escala y la naturaleza de la contaminación son importantes. El grado de drenaje, la bioactividad y el espesor de la capa de humus, así como la relación entre el volumen de precipitación y la evaporación, tienen una influencia significativa.
Métodos de autolimpieza
El procesamiento de materia orgánica en formas minerales ocurre de varias maneras. Cada proceso tiene sus propias características químicas y biológicas y se desarrolla de manera diferente. La descomposición de compuestos orgánicos en la capa del suelo se produce bajo la influencia de microorganismos que se encuentran en ella en grandes cantidades. Este proceso natural puede ocurrir tanto de forma aeróbica (con la participación de oxígeno) como anaeróbica, con la ayuda de bacterias putrefactas que no necesitan oxígeno.
método aeróbico
El proceso se produce bajo la influencia de bacterias, con la participación de oxígeno. La materia orgánica, principalmente la que contiene nitrógeno, se descompone en compuestos minerales simples. Este proceso se llama amonificación, se caracteriza por la descomposición de proteínas en aminoácidos, luego en sulfuro de hidrógeno, indol, amoníaco, escatol, estas sustancias se convierten en nitritos y luego en nitratos, que ya pueden ser absorbidos por las plantas. El proceso implica la liberación de calor, que es absorbido por los microorganismos. Paralelamente al proceso de amonificación, se produce una síntesis de ácidos húmicos, que aumentan la fertilidad del suelo.
método anaeróbico
Ocurre sin la presencia de oxígeno; la materia orgánica también es procesada por bacterias. El proceso se asemeja a la fermentación y se produce con la absorción de energía, lo que da como resultado la formación de alcoholes y ácidos orgánicos, dióxido de carbono, metano, hidrógeno y otros gases que suelen tener un olor desagradable.
Procesos de autolimpieza
La materia orgánica que ingresa al suelo se convierte primero en compuestos inorgánicos y elementos minerales, que luego se utilizan para alimentar a las plantas. El resto se convierte poco a poco en humus.
Mineralización
Este es el proceso de convertir compuestos orgánicos en elementos minerales. La primera etapa consiste en la descomposición de proteínas, carbohidratos y grasas en compuestos más simples: amoníaco, dióxido de carbono y agua, glicerol y ácidos grasos, respectivamente.
Nitrificación
El amoníaco se convierte en nitritos y ácido nitroso, luego en nitratos y ácido nítrico. Este proceso, la nitrificación, hace que el nitrógeno esté disponible para todas las plantas y microorganismos que lo utilizan para alimentarse y construir células.
En el suelo también ocurre el proceso inverso: la desnitrificación, este es el resultado de la actividad de las bacterias que reducen el amoníaco de los nitratos.La desnitrificación agota el nitrógeno del suelo, reduciendo su disponibilidad para las plantas.
Humificación
Esta es la etapa final del proceso de reestructuración de los residuos orgánicos en sustancias húmicas, el proceso ocurre en las capas superiores del suelo. La humificación es un conjunto de reacciones bioquímicas que ocurren con la ayuda de los microorganismos del suelo, dando como resultado la producción de ácidos húmicos específicos, ácidos fúlvicos y sus sales, ácidos orgánicos, ácidos grasos, carbohidratos y compuestos de carbono. Los ácidos húmicos, como compuestos ricos en polímeros, se descomponen más lentamente que otros compuestos orgánicos, por lo que permanecen y se acumulan en el suelo, convirtiéndose en la base del humus. Cuanto más esté en el suelo, más fértil se considera.
El humus formado bajo la influencia de bacterias y hongos aeróbicos y anaeróbicos es de gran importancia agrotécnica y sanitaria. El humus no se pudre, no emite olores desagradables y no contiene agentes infecciosos.
Valor higiénico
Los procesos de autopurificación del suelo son necesarios no sólo para la vida vegetal, sino también importantes para mantener la salud de los animales y los humanos. La autopurificación comienza con el hecho de que los residuos orgánicos que contiene, junto con los patógenos y los huevos de helmintos, se filtran y, bajo la influencia de reacciones biológicas y geoquímicas, se neutralizan, destruyen y descomponen. Por tanto, pierden la capacidad de infectarse. La autopurificación del suelo reduce el contenido de patógenos infecciosos en él, patógenos que se transmiten por contacto con el suelo y permanecen en las partes verdes de plantas y frutos.
De los dos métodos de descomposición, aeróbico y anaeróbico, es preferible el aeróbico, que se produce sin la liberación de gases y sustancias venenosas o malolientes que empeoran las características del agua y el aire. El método aeróbico de autopurificación es típico de suelos estructurados que absorben bien el aire y el agua.
La capacidad del suelo para absorber y capturar componentes orgánicos, descomponerse en sustancias simples y elementos minerales es de suma importancia sanitaria e higiénica. Si el suelo no tuviera esta capacidad, la vida de microorganismos y plantas en él sería imposible. Para que los procesos de autodepuración se desarrollen de forma correcta y estable, es necesario que el aporte de residuos orgánicos y sintéticos no supere la capacidad de autodepuración del suelo. Cuando se excede, la materia orgánica no se mineraliza, sino que se pudre, contaminando el suelo y el aire con gases venenosos.