Las plantas consumen aire no sólo de la atmósfera, sino también del suelo a través de sus raíces. Por supuesto, el suelo no contiene muchos componentes gaseosos, sin embargo, el rendimiento de un área determinada o de una gran superficie de tierra agrícola depende en gran medida del régimen correcto de aire y agua del suelo. El académico Vernadsky destacó el importante papel de los gases en los procesos del suelo.
¿Cómo es un suelo con mucho aire y cuál es su composición?
El suelo, que contiene una gran cantidad de aire, es suelto, fluido, tiene partículas bastante grandes, deja pasar bien el agua, pero retiene una cierta cantidad. Este suelo es rico en nutrientes y bien aireado.
Para el desarrollo de plantas agrícolas, el suelo arcilloso se considera la mejor opción de suelo. Es apto para el cultivo de decenas de cultivos y tiene las siguientes características:
- Facilidad de procesamiento.
- Alto porcentaje de componentes nutricionales.
- Nivel significativo de permeabilidad al aire y al agua.
- Distribución uniforme de la humedad a lo largo del horizonte.
- Retención de energía térmica.
Este tipo de suelo no necesita mejora, su calidad puede simplemente mantenerse aplicando fertilizantes orgánicos y minerales, excavando y cubriendo con mantillo.
Para plantas en maceta, el sustrato se fabrica especialmente, teniendo en cuenta los requisitos específicos de las diferentes especies. La mayoría prefiere suelos ligeros, permeables y con buena retención de agua, en los que el aire forma una parte del volumen total que alcanza el 25%, el agua el 25%, los componentes minerales el 25% y la materia orgánica sólo el 5%.
Las mejores características en términos de contenido de gas en el suelo son los suelos compuestos de chernozem, arena y turba erosionada (no ácida). Para dar una mayor permeabilidad al aire y al agua, a dicho suelo se le añaden componentes naturales inertes, como la perlita, o de origen artificial (bolas de espuma). Dicho suelo tiene las características más altas en todos los parámetros importantes: valor nutricional, transpirabilidad, retención y transmisión de humedad. En él, las raíces de las plantas se desarrollan bien y la masa verde crece regularmente.
Papel ecológico del aire del suelo para las plantas.
Para las plantas no sólo es importante el aire atmosférico, sino también su presencia, calidad y composición en el suelo. Los gases del suelo llenan todos los huecos del suelo que no contienen agua. Las plantas se desarrollan mejor si el aire está contenido en huecos grandes y el agua en los pequeños y medianos.
El intercambio de gases se produce continuamente entre el suelo y el aire atmosférico. Los suelos sueltos intercambian componentes gaseosos mejor y más rápido que los suelos densos o pantanosos, porque en los primeros prácticamente no hay poros y en los segundos el aire de las cavidades es desplazado por el exceso de agua.
Hay menos oxígeno en el suelo que en la atmósfera, pero más dióxido de carbono. Esto conduce al proceso de difusión, es decir, mezcla y redistribución de gases. Estas propiedades del suelo tienen un efecto positivo en el desarrollo de las plantas que necesitan una gran cantidad de dióxido de carbono para absorber los nutrientes. Al mismo tiempo, las raíces de las plantas necesitan menos dióxido de carbono que la parte aérea, por lo que el intercambio de aire continuo es la condición más importante para obtener plantaciones saludables y cosechas completas.
Condiciones para el intercambio de gases entre el suelo y la atmósfera.
Para que el suelo y la atmósfera realicen un intercambio gaseoso completo, el suelo debe cumplir con los siguientes indicadores:
- Permeabilidad al aire, es decir, la capacidad de dejar pasar el aire.
- La capacidad aérea es el volumen ocupado por el aire en el suelo en niveles específicos de humedad.
Los suelos sueltos son los más respirables y requieren más aire porque tienen grandes cavidades entre las partículas individuales. Cuando se añaden a dichos suelos sustancias orgánicas, como estiércol o compost, aumentan la soltura y el valor nutricional, lo que conduce a un aumento de los indicadores más importantes. Además, la adición de materia orgánica conduce a un aumento en la liberación de dióxido de carbono, lo que estimula el intercambio de gases con la atmósfera, lo que ayuda a activar el crecimiento de las partes aéreas de los cultivos agrícolas y ornamentales.
Formas de influir en el régimen aéreo de los suelos.
Las mejores formas de mejorar el régimen aéreo del suelo son aflojar y aplicar fertilizantes orgánicos. Esto aumenta la permeabilidad al aire y conduce a un intenso intercambio de gases entre el suelo y el aire atmosférico.
Para suelos pesados y llenos de humedad, se utiliza la plantación de plantas cultivadas en crestas o parterres.